BRASILIA, Brasil.- Los esfuerzos del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, para convertir un desfile militar del Día de la Independencia en un acto para su campaña de reelección se han convertido en un motivo de alarma para las organizaciones democráticas-
Bolsonaro llamó a sus partidarios a un acto, el 7 de septiembre -un mes antes de las presidenciales- en la playa de Copacabana de Río de Janeiro. También ordenó a los militares que desfilen por esa zona, en lugar de su ruta habitual en el centro de la ciudad. Esto aviva la preocupación -de los críticos civiles y de ex militares- de que el ex capitán del Ejército esté arrastrando a las fuerzas armadas a la arena política, para compensar su baja popularidad,
“Como comandante en jefe, tiene todo el derecho a cambiar el lugar del desfile militar, pero no a vincularlo con una actividad de campaña electoral”, dijo el general retirado Paulo Chagas.
La avenida frente a la playa de Copacabana no es una ruta apropiada para las tropas y los vehículos blindados, explicó Chagas.
El año pasado, Bolsonaro despidió a su ministro de Defensa y a los tres principales comandantes de las fuerzas armadas por la resistencia a hacer demostraciones públicas de su apoyo político.
Los esfuerzos por desdibujar las líneas entre el poder militar y el político se producen mientras intensifica sus ataques a los principales tribunales de Brasil y sus críticas al sistema electoral.
Además de haber hecho acusaciones infundadas de fraude en las últimas elecciones, ha amenazado con ignorar los resultados de la votación del 2 de octubre, que según las encuestas ahora pierde frente a su rival, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Consiguió que algunos oficiales del ejército se hicieran eco de sus dudas sobre la integridad del sistema de votación electrónica de Brasil, lo que aumentó las fricciones con el Tribunal Superior Electoral, que dirige las elecciones del país. (Reuters)